En 1933 la UNAM propone reformar el plan de estudios correspondiente al bachillerato y decide que éste obedecerá al principio de la identidad esencial de los diversos fenómenos del Universo. “La Historia se enseñará como la evolución de las instituciones sociales, dando preferencia al hecho económico como factor de la sociedad moderna; y la Ética, como una valoración de la vida que señale como norma para la conducta individual el esfuerzo constante dirigido hacia el advenimiento de una sociedad sin clases, basada en posibilidades económicas y culturales semejantes para todos los hombres”. Dos grandes figuras, Antonio Caso y Vicente Lombardo Toledano expresan su opinión al respecto, el primero en contra, el segundo a favor.