La joven mujer se sueña: hila el ch’ulel1 de su hijo, teje una suave y diminuta enagua, minúsculas prendas en canastos abraza. Engalana las plumas de un ave Cuando rayos de luna llena la alumbran.
La acechan los legadores del sufrimiento,
“ladrona de ch’ulelal”,2 le dicen,
le irrumpen su hogar los jti’ o’ntonetik.3
Nueve plenilunios,
trece agradecimientos invocados
al corazón del cielo y la tierra,
nueve granos de inciensos ofrendados,
evitarán el robo del presente concedido,
el vientre ocupado no le vaciarán.
Grisáceo Coyote, a ti nos dirigimos,
te sostienen y alimentan tus resplandecientes ojos,
en la cercanía de la muerte, virtuoso eres en anunciarle a la tierra;
aproxímate a nuestro pequeño,
adhiere en su respiro tu respiro,
conjuguen sus ojos, conjuguen sus pasos
que su sombra sea una.
Jaguar de sombras y luz,
llegan nuestras palabras ante ti;
tus ojos atestiguan lo que la tierra y el cielo guardan,
en la hondonada de tu corazón mora tu ímpetu;
al ser de nuestro hijo empalma tu velocidad,
deja que more tu fortaleza en su corazón,
concédenos licencia de acompañarlo
donde se halle noche y día,
el manantial donde beben sea uno,
que sus pasos sean uno solo,
una sola huella y un solo sueño.
Congregados, los creadores carcajean, alistan sus bastones de mando, sus sombreros enlistonados en la tierra de los ch’ulelaletik.4 Sentadas en sus bancos de madera en fila, las abuelas estrenan sus huipiles brocados. Atareados nombran los vayijeletik5 del niño que verá la luz. En un instante organizan en el cielo cirros y cirrocúmulos. Coyote y jaguar reciben juramentos como animales compañeros.
Imagen de portada: Imagen de archivo
La esencia del ser; a la vez se traduce en alma o espíritu; es la conciencia, el carácter. En el caso de los niños es en especial la esencia, conforme crece, obtiene ch’ulel-conciencia, ch’ulel-carácter. ↩
La esencia, la conciencia, el carácter, adaptados a un ser. ↩
Personas o seres intangibles que sienten envidia de la existencia de una persona. ↩
Plural de ch’ulelal. ↩
Animal compañero, también denominado chon-, literalmente “animal”. ↩