La matemáticas que se enseñaban en la Nueva España en el siglo XVII eran las del Renacimiento europeo. Elías Trabulse escribe en este ensayo: "las matemáticas y el arte del siglo XVII parecen sobrevolar los dominios de lo empírico, de los hechos irreductibles y obstinados, y buscan ambos captar intuitivamente lo desconocido".