Masoliver analiza en este ensayo las diferentes traducciones que se han hecho de la obra de Joyce, para poder entenderlo mejor y obtener otra lectura. “La dificultad para traducir a Joyce, incluso desde la perspectiva privilegiada de hoy, es que hay que conocer toda su obra y tener en cuenta no sólo los niveles presentes sino también los ausentes (…). ¿Es posible captar en las traducciones esta unidad y este rechazo agresivo de la unidad?”, se cuestiona el autor.