"La Universidad asume al MUAC como un agente productivo, inventivo, difusor de un capital cultural que no se cierne sobre el consenso de verdades cumplidas, sino sobre el ámbito fértil, impredecible, inasible de la condición del arte actual y sus lazos con procesos de autorreflexión crítica y formación de la experiencia humana en el espacio público del museo", escribe Graciela de la Torre.