Volcán al rojo blanco
Leer pdfUn volcán es más que un embudo inverso:
Una ecuación que desafía las leyes de la gravedad;
Un reloj palpitando en años luz.
*
Laderas cenicientas que descienden velozmente a un acuerdo…
La irrupción de un volcán es una cruz: es una incógnita en el paisaje;
La silueta fulgurante de un relámpago dando forma final a un rostro y
[un cuerpo.
*
Toma aliento en las más recónditas profundidades del espíritu…
Trae noticias del otro lado del sueño.
¡Todo cae en el interior de este embudo inverso que llamamos realidad!
*
La noche desciende y el firmamento se disipa como un sueño en la inminencia
[de la aurora.
La función termina con el abrazo ardiente de la imagen y el mundo;
Las formas que se liberan ascienden hasta la vigilia.
*
Sólo Dios sabe lo que pasa allí dentro.
Siglos dormidos bajo un velo de nieve y de neblina…
Sin embargo allí está ese rumor de lava que crepita en los oídos como si
[anunciara una respuesta.
*
Pero no es la erupción de un volcán lo que en la luz se anuncia:
Pulverizada historia del magma nocturno…
Parece más bien el sueño mismo lo que se desborda: ¡estalla una constelación
[de ciudades
lanzadas al alba!
*
Calles, bosques y estrellas que ascienden a otro mundo, en medio de la miseria
[de los años…
Como un embudo que recoge los zumos sagrados de la noche para volcarlos
[al día;
Como un pezón perfecto al otro lado del espejo.
*
Un volcán es fuego y nieve haciendo el amor en las alturas;
Unos labios abiertos frente al inconcebible silencio del oído;
Un mundo eyaculando bajo el cielo.
Marcos Castro, Tuve un sueño, que no era del todo un sueño, 2019. Cortesía del artista.
Imagen de portada: Marcos Castro, Tuve un sueño, que no era del todo un sueño, 2019. Cortesía del artista.
Este poema se publicó en el libro colaborativo Ocho volcanes, Cocina Editores, México, 1992. El proyecto consistió en presentar un poema de Alberto Blanco junto con ocho grabados de Vicente Rojo. Se reproduce con permiso del autor.