crítica EZLN DIC.2023

La teoría y metateoría de los zapatistas

Raúl Romero

Un sueño del tamaño del mundo

El “¡Ya basta!” que lanzó el EZLN el 1 de enero de 1994 resonó en todo el mundo. No era para menos: el que miles de indígenas mayas1 zapatistas se levantaran en armas cuestionando la integración neoliberal, el fin de la historia y el mundo unipolar representó un quiebre en la historia de México, de los pueblos originarios y del planeta. Convidados de ese sueño, hasta la Chiapas zapatista llegaron muchos escritores, artistas y figuras públicas; hombres, mujeres y otroas —como los zapatistas llaman a las disidencias sexogenéricas— que deseaban conocer directamente a los pueblos protagonistas de tan importante rebelión. “Yo soy comunista, pero en México soy zapatista”, solía decir José Saramago. “Zapatistas somos muchos en todas partes aunque no sepamos que lo somos”, declaró Eduardo Galeano. “Por instinto sé que debo defender esta causa, porque a veces hay condiciones de vida en que los pueblos tienen que rebelarse”, dijo Danielle Mitterrand. Y Mario Benedetti añadió: “Tengo mucha simpatía por la causa zapatista. Me parece además que es una guerrilla fuera de serie, porque es la única de América Latina que ha manejado las cosas con un sentido de la realidad”. Gabriel García Márquez, John Berger, Juan Gelman y Elena Poniatowska, por mencionar algunos autores famosos, intercambiaron correspondencia con el subcomandante insurgente Marcos o lo entrevistaron. Manuel Vázquez Montalbán escribió Marcos: el señor de los espejos. La lista creció con los años y los relevos generacionales.

Fotografía de © Francisco de Parres GómezFotografía de © Francisco de Parres Gómez

​ En la música sucedió algo similar. Manu Chao recorrió comunidades zapatistas para luego cantar y contar la rebelión en México. El caifán mayor, Óscar Chávez, extendió su canto y abrazo solidario con el EZLN. Rage Against The Machine compuso “Zapata’s Blood”, Ska-P denunció la contrainsurgencia con “Paramilitar” y Todos Tus Muertos mostró en la portada de su disco Subversiones (1996) a un zapatista con sombrero. León Gieco compuso e interpretó “El Sr. Durito y yo”, para cantarle al escarabajo y más grande caballero andante. El movimiento estudiantil de la Ciudad de México se apoyó en conciertos multitudinarios para organizar y difundir la causa zapatista. Bandas como Maldita Vecindad, Santa Sabina, Panteón Rococó y Tijuana No incluyeron en sus repertorios piezas alusivas a los pueblos insurgentes. Como en el mundo de las letras, la lista se renovó con Joaquín Sabina, Amparanoia, Fermín Muguruza, León Chávez Teixeiro, Nina Galindo, Leticia Servín, Lengualerta, Paco Barrios “el Mastuerzo” y muchísimos más.


La teoría y metateoría de los zapatistas

Desde su aparición pública en 1994 y a lo largo de casi treinta años, el EZLN ha sido objeto de numerosas investigaciones. En el catálogo de la Dirección General de Bibliotecas de la Universidad Nacional Autónoma de México, por ejemplo, la sigla EZLN arroja 4326 resultados entre tesis, libros, noticias, artículos, videos, informes, entrevistas, etc., mientras que el mismo ejercicio en Google Académico reporta 32 400 resultados. Entre estos textos aparecen las investigaciones de los aparatos de inteligencia del Estado mexicano, que de forma directa o mediante otros actores ha difundido información adversa o difamatoria contra el EZLN. Esta información se convirtió, desde los primeros años, en la fuente de ciertos sectores de la opinión pública que han buscado resquebrajar la legitimidad del zapatismo en diversas ocasiones.

​ Una forma imprescindible de adentrarse en el neozapatismo (y que no suele considerarse como “relevante”) es revisar los materiales que los zapatistas mismos han producido como reflexión teórica de su propia actividad, así como sus análisis de la situación mundial. Han generado miles de documentos públicos, muchos de los cuales se encuentran alojados en el archivo histórico de la página electrónica Enlace Zapatista. Sin duda, las seis Declaraciones de la Selva Lacandona son necesarias para situar histórica y políticamente al EZLN. La primera se publicó el 1 de enero de 1994 y fue la declaración de guerra al Ejército federal mexicano y al gobierno de Carlos Salinas de Gortari. Se trata de un documento fundamental en la historia de México y una mirada a las luchas de los y las de abajo, aquellos que nunca fueron incluidos en la historia oficial: “Somos producto de quinientos años de luchas”, dirán los mayas zapatistas rebeldes.

​ Una colección para conocer al menos los primeros siete años del zapatismo es EZLN. Documentos y comunicados, publicada en cinco tomos por la editorial Era, y que recogió muchos de los textos producidos entre el 1 de enero de 1994 y abril de 2001. Estas recopilaciones presentan, además, prólogos, entrevistas y crónicas de autores como Carlos Monsiváis, Julio Scherer García, Antonio García de León y Elena Poniatowska.

​ Entre los comunicados, pronunciamientos, cartas, declaraciones e iniciativas redactadas por el Sub Marcos, aparecieron una serie de personajes fantásticos que, además de ayudarnos en nuestra inmersión al mundo maya zapatista, cumplían una función pedagógica. Don Durito de la Lacandona, el escarabajo que fuma pipa y diserta sobre el neoliberalismo, sedujo al nobel de literatura José Saramago. Miles de personas tomaron conciencia política con el Viejo Antonio, ese hombre sabio que ayudó al mundo mestizo a entender a los pueblos rebeldes. Con La Magdalena y Elías Contreras, el vocero zapatista nos invitó a reflexionar sobre los amores de las disidencias sexogenéricas. Así, decenas de personajes de un mundo fantástico —que es también un mundo real— se fueron haciendo indispensables para aprender sobre el EZLN: Gato-Perro, el guerrero Sombra, el caballo Choco, la niña Esperanza Zapatista, el Pedrito, Defensa Zapatista, la Calamidad…

​ En 2001 la clase política canceló la posibilidad de una profunda reforma constitucional que, al integrar los Acuerdos de San Andrés Sakamch’en de los Pobres, abriera el camino para reconstruir la relación entre los pueblos originarios y el Estado mexicano. En consecuencia, los zapatistas decidieron continuar su resistencia y rebeldía sin esperar nada de los poderes reales y formales de México. De este modo, se dieron a la tarea de avanzar en la construcción práctica de su autonomía, que en 2003 se vio reflejada en la creación de los Caracoles zapatistas y las Juntas de Buen Gobierno, las formas territoriales y administrativas de enlazar la red de Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas y sus Concejos Municipales. En la Sexta Declaración de la Selva Lacandona (fechada en junio de 2005), el EZLN se definió como una fuerza anticapitalista y lanzó un llamado para organizarse con otras colectividades de la misma orientación.

​ En 2013, diez años después de la creación de los Caracoles, se lanzó la convocatoria al primer grado del curso “La Libertad según l@s Zapatistas”, popularmente conocido como la Escuelita Zapatista, en la que las bases de apoyo dieron a conocer “su pensamiento y su acción en la libertad según el zapatismo, sus aciertos, sus errores, sus problemas, sus soluciones, lo que han avanzado, lo que está atorado y lo que falta, porque siempre falta lo que falta”. Para aquella ocasión presentaron cuatro libros llamados por l@s estudiantes “cuadernos de la Escuelita Zapatista”: Resistencia Autónoma, Gobierno Autónomo I, Gobierno Autónomo II y Participación de las Mujeres en el Gobierno Autónomo. Son materiales fundamentales para conocer cómo funciona la autonomía y sus retos, problemas y soluciones; son testimonios de quienes sostienen ese proceso día a día.

​ En mayo de 2015, en el Caracol de Oventic se realizó el seminario “El pensamiento crítico frente a la hidra capitalista”, en el que participaron de manera presencial o mandando sus escritos personalidades como Immanuel Wallerstein, Michael Löwy, Silvia Federici, Pablo González Casanova, Fernanda Navarro, Adolfo Gilly, Juan Villoro, Sergio Rodríguez Lazcano, Rosa Albina Garavito, Óscar Chávez, Alicia Castellanos, Gilberto López y Rivas, Sylvia Marcos, Márgara Millán, entre muchos otros y otras. El nuevo vocero oficial del EZLN, el subcomandante insurgente Moisés, dio una serie de conferencias sobre “Economía política. Una mirada desde las comunidades zapatistas” y la “Resistencia y rebeldía zapatistas”. El entonces subcomandante insurgente Galeano, que nació tras la muerte del Sub Marcos, disertó acerca de cómo los pueblos zapatistas observan a la hidra capitalista. Las comandantas Miriam, Rosalinda y Dalia, la base de apoyo Lizbeth y la escucha Selena hicieron una genealogía de la lucha de las mujeres zapatistas. Todos estos textos, fundamentales para entender la teoría zapatista, fueron recuperados en el libro El pensamiento crítico frente a la hidra capitalista, tomo I.

​ En esta sintética selección de documentos hay otros tres que no pueden faltar. Por un lado, la Ley Revolucionaria de Mujeres, que ha marcado el rumbo de una nueva etapa en las luchas de las mujeres de México y del mundo. El segundo es el comunicado “Entre la luz y la sombra”, dado a conocer luego del asesinato del maestro zapatista Galeano, y que explica, entre otras cosas, cómo los zapatistas decidieron crear y mantener al personaje Marcos; además anuncia la muerte del Sub Marcos y el nacimiento del subcomandante insurgente Galeano. Se trata de un gesto de la memoria rebelde que desentierra a sus muertos para seguir luchando; no olvidar, no perdonar. El tercero es la Declaración por la Vida, que firman miles de personas de todo el planeta y que sirve para comunicar también el viaje de l@s zapatistas por el mundo: la Travesía por la Vida.

​ Agrego un libro más: la compilación de textos del finado Sub Marcos, Escritos sobre la guerra y la economía política (2017), editado por Sergio Rodríguez Lascano. Se trata de reflexiones teóricas sobre guerra y economía política, y la importancia de esa relación en la configuración del mundo actual. Este volumen nos muestra la madurez y solidez teórica de los zapatistas, su alcance global, así como el tamaño de su red de información y análisis, que sin duda está presente en gran parte del planeta.

​ Los zapatistas no solo reflexionan sobre su propia práctica, aportan conceptos, tesis, hipótesis e imágenes para comprender el mundo, también hacen una reflexión teórica sobre la teoría; así lo escribió el Sub Marcos en 2003: “La reflexión teórica sobre la teoría se llama ‘metateoría’. La metateoría de los zapatistas es nuestra práctica”. La teoría y metateoría zapatistas se construyen sobre la base de su praxis política. Buscan transformar el mundo. El viejo topo asoma constantemente.

Fotografía de © Heriberto ParedesFotografía de © Heriberto Paredes


Posdata

Entre los intercambios epistolares que el Sub Marcos entabló con cientos de personas destaca el que sostuvo con el filósofo Luis Villoro, en particular las cartas sobre ética y política que fueron recuperadas en La alternativa. Perspectivas y posibilidades de cambio (Luis Villoro, 2015). También están los trabajos de Paulina Fernández, Justicia autónoma zapatista. Zona Selva Tzeltal, o los libros de Márgara Millán y Sylvia Marcos sobre las mujeres zapatistas y los de Bruno Baronnet y Lía Pinheiro sobre educación zapatista. Un lugar especial guardan las reflexiones de Pablo González Casanova, Adolfo Gilly, Fernanda Navarro, Andrés Aubry e Immanuel Wallerstein. También han escrito valiosos ensayos Gilberto López y Rivas, Alicia Castellanos, Juan Villoro, Luis Hernández Navarro, Magdalena Gómez, Mariana Mora y muchos más. Hay que insistir en que la lucha de los pueblos zapatistas es un sueño vivo, un texto que se reescribe constantemente y al que le faltan muchos capítulos, pero que ya es un clásico para la historia de las luchas de abajo.

Imagen de portada: Fotografía de © Heriberto Paredes

  1. Las lenguas de los pueblos tojolabal, tseltal, tsotsil, chol y lacandón tienen rasgos fonéticos y gramaticales provenientes de una raíz común, el protomaya; por ello se les conoce como lenguas mayenses o lenguas mayas. De aquí que en este artículo se nombre a estos pueblos simplemente como mayas. [N. de los E.]