En Yucatán se llamaba “indios” a quienes poseían un apellido maya, “mestizos” a los que usaban un traje regional, “vecinos” a los de apellido español y “blancos” a quienes vestían a la usanza europea. En este ensayo, Oscar Pintado intenta determinar a cuál de estas categorías pertenecía el campesino maya y en qué medida la extensión de la hacienda henequenera introdujo un cambio socio-cultural en el campo yucateco.