dossier Paz DIC.2024

Mariana Escalante

El himno de Taiwán: aspirar a la Gran Comunalidad

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Traducir y comprender el himno de la República de China (también conocida como Taiwán; no confundir con la República Popular China) obliga a entender el contexto en que fue creado. Cuatro caracteres lo inician; son los Tres Principios del Pueblo (三民主義 sanmin zhuyi) ideados por Sun Yat-sen (1866-1925) en los años veinte del siglo pasado, época de vorágine ideológica en China. Apenas una década antes, con la Revolución Xinhai, de 1911, se había derrocado a la última dinastía, la Qing, incapaz de enfrentar las invasiones extranjeras, la humillación de los tratados desiguales y de resolver problemas sociales básicos —hambre, pobreza, desigualdad— derivados de un mal manejo económico y administrativo. Empero, la principal discusión entre las élites, los intelectuales y la juventud giró en torno a la modernidad.

​ En este álgido periodo intelectual y revolucionario se planteó la construcción nacional, así como la lucha contra la intervención extranjera, el imperialismo y las viejas ideas: el pasado dinástico, las tradiciones y el confucianismo. Se buscó “salvar a China”, a través de un poder político avanzado y la idea de equidad —en una sociedad inmersa en la pobreza, el caudillismo y la desintegración nacional.

​ Sun Yat-sen, como otros intelectuales de la época, se exilió en Japón, Estados Unidos y algunos países europeos. Esta influencia dejó en él una huella: Occidente era sinónimo de avance y modernidad, aunque tampoco asumió sus principios de manera acrítica. El despertar político e ideológico de China partía de la intención de sacar al país del atraso y la fragmentación, sin perder lo valioso de su pasado. Esto se explica muy bien con la frase 中体西用 zhongtixiyong, “esencia china, utilidad occidental”. La propuesta para resolver la tensión entre modernidad y tradición, lo chino y lo occidental, se planteó desde diversas visiones de nación.

Sun Yat-sen, revolucionario y líder político que jugó un papel clave en el derrocamiento de la dinastía Qing, la última dinastía de China, en octubre de 1911. United Archives, World History Archive, Creative Commons, 3.0.

​ Así emergen al menos dos corrientes opuestas y radicales: la que atacaba al confucianismo, con intelectuales como Chen Duxiu, Hu Shi y más adelante Mao Zedong, y la representada por los filósofos confucianos Kang Youwei y Liang Qichao, quienes buscaron rescatar la tradición por medio de una lectura china de la modernidad. Sun Yat-sen esgrimía una postura moderada y acaso más pragmática, pues si bien le preocupaba lo ideológico, su principal inquietud era la unidad nacional, la modernización y la crítica al imperialismo.

​ Hablar de este periodo también obliga a mirar al Movimiento de la Nueva Cultura (新文化運動 Xin wenhua yundong) que se expresó no sólo en la lucha política del importante movimiento estudiantil del 4 de mayo de 1919 (五四運動 Wusi Yundong), sino también en la reconstrucción cultural. Ejemplo de ello fue el rechazo al lenguaje chino clásico, utilizado principalmente por las élites, en favor de uno vernáculo o “habla clara” (白話 baihua), que hacía referencia a un lenguaje cotidiano, coloquial y moderno. Personajes como Hu Shi, Chen Duxiu o el padre de la literatura china moderna, Lu Xun, usaron en sus obras el baihua. De este mismo movimiento florecieron mujeres y hombres simpatizantes tanto del partido nacionalista como del comunista.

​ En este contexto se inscriben los Tres Principios del Pueblo. Traducidos de manera simple como: nacionalismo (民族主义 Minzu zhuyi), democracia (民权主义 Minquan zhuyi) y bienestar social (民生主义 Minsheng zhuyi). En un sentido más amplio, el nacionalismo se refiere a la conciencia nacional de la libertad del pueblo frente al imperialismo y busca la igualdad y armonía entre las etnias; la democracia, al poder del pueblo y a un gobierno equitativo representado por personas de a pie, así como a los derechos y las libertades civiles; el bienestar social, a un gobierno universal y fraternal que crea beneficios y paz para todos.

​ Explicar y traducir el himno de Taiwán implica entender esta utopía social y de modernidad que Sun plantea en sus Tres Principios, así como el sueño de esa generación que vio la unidad de toda China —territorial, étnica e ideológica— como un objetivo. Sun, quien logró dar coherencia a ese ideal, es considerado el padre de la patria (國父 Guofu) en ambos lados del estrecho de Taiwán.

Atribuido a Zhou Wenju, Confucio siendo torturado sin comida en Chen [fragmento], 907-960. Princeton University Art Museum, dominio público.

​ Más que un himno, se trataba de un exhorto a la victoria de la República en el periodo de desintegración y anarquía posterior a la época dinástica. En junio de 1924, Sun dirigió un discurso a cadetes militares para animarlos a luchar por tal empresa; sabía que el apoyo castrense era indispensable para la unificación del país. Este discurso fue adaptado y musicalizado por Cheng Maoyun para crear el himno del partido de Sun, el Guomindang (國民黨 también conocido como Kuomintang), que después de la fundación de la República Popular China, en 1949, gobernaría la isla de Taiwán por más de cincuenta años ininterrumpidos. Por vicisitudes de la historia, el himno esboza una ­sociedad ideal y el sueño de una China moderna, así como el perfil intelectual chino de aquella época.

三民主義,吾黨所宗,以建民國,以進大同, Sanminzhuyi, wudang suozong, yijian Minguo, yijin Datong 咨爾多士,為民前鋒,夙夜匪懈,主義是從, Zierduoshi, weimin qianfeng, suye fei xie, zhuyi shi cong, 矢勤矢勇,必信必忠,一心一德,貫徹始終。 Shi qin shi yong, bi xin bi zhong, yi xin yi de, guancheshizhong


Tres Principios del Pueblo, objeto de nuestro partido, para construir la República y avanzar a la Gran Comunalidad.


¡Ey!, personas justas, vanguardia de nuestro pueblo, día y noche incansables sigan los principios.


Juren diligencia y coraje, sean confiables y fieles, en cuerpo y alma hasta el final.


​ Escrito en chino clásico y tradicional, esto es, en un lenguaje no vernáculo y con caracteres no simplificados, el himno de Taiwán muestra el sueño de Sun —perteneciente a una élite educada—: la construcción nacional. Esto vuelve compleja su traducción, pues el chino clásico es más ambiguo e interpretativo que el moderno. Además, en su lectura en mandarín, la composición en prosa rimada de cuatro caracteres conlleva cierta musicalidad que se pierde en el español.

​ El primer verso nos habla de los Tres Principios como base u objeto del Partido: el Guomindang, aunque hay quienes interpretan la palabra “partido” como un grupo de personas con ideales comunes o como equivalente a la nación. Esta palabra ha resultado polémica por la polarización de la sociedad taiwanesa contemporánea. Más adelante aparece el concepto de república o Minguo (民國), fundamental para Sun, pues vislumbraba un país gobernado por el pueblo, en rechazo al pasado imperial.

Deming Lu y Xuan Zheng [glosadores], Liji [Libro de los ritos], Jian’an, Fujian, China, 1190-1194. Library of Congress, dominio público.

​ La siguiente parte de la primera estrofa insta a avanzar hacia la Gran Comunalidad, en chino, Datong (大同), un concepto del Libro de los ritos, un clásico confuciano escrito probablemente durante el periodo de los Reinos Combatientes (475-221 a. C.). Por sus implicaciones idealistas, Datong se traduce también como “Gran Armonía” o “Gran Paz”. Aunque cercanos a su significado, Gran Comunalidad es más acertado; se refiere a una sociedad utópica, perseguida desde tiempos de Confucio por su visión de colectividad de los cuidados, responsabilidades, equidad, seguridad y armonía. Resulta simbólico que Sun rescate este concepto tan antiguo, pues evidencia la búsqueda de raíces propias en la construcción de una nueva nación.

​ En la estrofa que sigue, se lee una visión clásica sobre las personas justas (志士 zhishi); es un llamado a quienes tienen una alta moral e integridad y guían al pueblo. Se entiende que son las élites intelectuales o incluso militares. Estos líderes debían guiar al país con su virtud, bajo los Tres Principios del Pueblo.

​ La diligencia, el coraje y el imperante mandato de ser fieles y confiables son características genéricas y a su vez específicas del pueblo chino de principios del siglo xx. Hay que advertir que esas virtudes, específicamente confucianas, como xin 信 (fidelidad o lealtad), deben ser siempre constantes, como lo expresa el penúltimo conjunto de cuatro caracteres: 一心一德 (yixin yide), que se traduce como “en cuerpo y alma”, pero cuyo significado literal es “un corazón, una virtud”. O mejor: un mismo corazón y una misma mente, que también puede leerse como una figura literaria que significa unidad.

​ El himno condensa una China de principios del siglo xx que no vislumbraba la división que ocurriría tras la muerte de Sun Yat-sen, en 1925. Representa el sueño de unidad de aquella generación y las preocupaciones de las élites, especialmente las que simpatizaron con el Guomindang. Y, casi sobra decirlo, contrasta con el sentido más revolucionario, contestatario y popular del himno de la China comunista. Aunque de uno u otro modo resurgirían tanto las fuerzas de la civilización como de la tradición, lo expresado en los versos del himno o sus Tres Principios del Pueblo fue parte de un anhelo para unificar y modernizar el país.

Imagen de portada: Deming Lu y Xuan Zheng [glosadores], Liji [Libro de los ritos], Jian’an, Fujian, China, 1190-1194. Library of Congress, dominio público.