Intenta recordar los años en que eras alumna de primaria o de secundaria, y la huella que todas esas experiencias dejaron en tu memoria y en tu personalidad. Probablemente se despierten en ti muchas emociones contradictorias: la devoción por el maestro que te enseñó a leer y te inició en el gusto por las letras, el rencor hacia ese prefecto que te hostigaba o hacia la compañera de banca que te ponía en ridículo ante la clase, los honores a la bandera, las salidas escolares, el día en que te premiaron con una medalla.
Aunque da esa sensación, la escuela no ha existido siempre, o al menos no como la conocemos. Si bien es cierto que culturas antiguas como la griega, la mexica o la hebrea contaban con instituciones en las que se formaba a los ciudadanos, a los guerreros y dirigentes o a los futuros sacerdotes, durante siglos la mayoría de las personas no recibían instrucción alguna. Los niños aprendían en su casa el oficio o el negocio de sus padres. Las únicas que jamás estuvieron desprovistas de educación y cultura fueron las élites gobernantes, pues el conocimiento —todo el mundo lo sabe— es poder. En los lugares donde la gente no está instruida, la desigualdad se acrecienta y el pueblo se vuelve mucho más vulnerable. Un país verdaderamente democrático es aquel que asegura educación de calidad para todos sus ciudadanos y, en potencia, el acceso a las cúpulas a través del conocimiento.
La palabra “escuela” posee muchos significados, que van desde una corriente de pensamiento filosófico hasta una manera particular de hacer música o arte. Sin embargo, el más habitual es aquel que designa a la institución, ya sea pública o privada, encargada de la educación de los niños y adolescentes. El número de la Revista de la Universidad de México que tienes en tus manos se enfoca en esta última acepción. Intentamos recoger voces de autores, tanto contemporáneos como de otros siglos, para revisar la evolución de los modelos escolares y algunos de los profundos cuestionamientos que el tema despierta.
Así, en “La concepción ‘bancaria’ de la educación”, Paulo Freire analiza las dinámicas de poder entre el educador y el alumno, y asegura que cuanto más sujeción se le pida al estudiante, más se resistirá al aprendizaje. Mercedes Gabriela Herrera explica en una entrevista los avances en materia de inclusión de los pequeños con necesidades educativas especiales, y los retos que aún existen para alcanzar un enfoque realmente integrativo. El fragmento de “Mi método” de María Montessori constituye un fabuloso vislumbre de sus descubrimientos —revolucionarios para la pedagogía de su tiempo— acerca del potencial infantil y del comportamiento asombroso que adoptan los más pequeños cuando el ambiente es adecuado y favorable para su desarrollo. Un poco más radical, Iván Illich pone en duda la eficacia de la escuela. ¿Qué ocurrió con las primarias durante el largo confinamiento del 2020? Alessia Kachadourian Marras revisa ese periodo de incertidumbre y describe las estrategias a las que recurrieron algunas madres mexicanas para que sus hijos siguieran socializando y recibiendo enseñanza. Vivian Abenshushan, Abraham Cruzvillegas y Manuel Gil Antón reflexionan sobre los defectos de la educación actual y se entregan al ejercicio de imaginar una escuela más adecuada para los niños y jóvenes de nuestro tiempo. Dos potentes textos narrativos complementan esta edición: “Comprensión de lectura”, del chileno Alejandro Zambra, y un fragmento de Ferdydurke, del polaco Witold Gombrowicz.
Sabemos que en la escuela se perpetúan también crímenes imperdonables, de eso trata el ensayo de Pierre Beaucage, “El drama de los internados indígenas en Canadá”, sobre los internados para niños de pueblos originarios de esa región. Así la escuela constituye el semillero de las nuevas generaciones —ahí se forjan sus valores, sus cuerpos y sus inteligencias—. Se trata, por lo tanto, de un tema fundamental para el futuro de la humanidad y del que todos —tengamos hijos o no— deberíamos sentirnos responsables.
Imagen de portada: ©Mr. Poper Nicolás Marín, Lápices encontrados (detalle), 2020. Cortesía del artista