Según el autor, la reforma que la Universidad exige debe llevarse a cabo en tres niveles: a nivel de Universidad-Sociedad, que atañe a los contenidos de la enseñanza y de la investigación; a nivel de Administración-Académica, que se refiere al conjunto de normas relativas a los procesos de enseñanza-aprendizaje y de investigación; y a nivel de Gobierno de la Universidad, que se basa en la forma de su constitución, sus atribuciones y facultades, así como la organización del instrumento administrativo.