NADADORA de aguas saladas
que desprecias las albercas
donde los nadadores de los cuatro estilos
se arrebatan récords
que sólo duran unos meses.
Dando brazadas contra la corriente
tu único estilo es el cansancio,
el gran cansancio
de ser un pez de superficie.
¡No poder hundirse y sólo poder flotar!
El mar no conocía esa amargura,
nadadora de aguas abiertas,
que cada cinco o seis kilómetros expele, como un cetáceo,
un dulce surtidor de vómito, y prosigue.
El sol se ha puesto
y una gaviota te trae noticias de la tierra.
Aguanta un poco más.
Ya se encendieron las primeras luces de la orilla.
Como un antiguo náufrago
vas a salir del agua en brazos de otra lengua.
Imagen de portada: Debbie Ayles, Nadadora, s/f. Wellcome Collection