Leonardo Martínez Carrizales lamenta constatar, en su calidad de profesor de la UNAM, la pobreza lingüística de sus alumnos y escribe: "he aquí uno de los aspectos más dramáticos de la desigualdad social. La boca y la pluma de estos jóvenes no sólo rinden testimonio de una falta imputable a nuestro sistema educativo, sino también del fracaso histórico del Estado mexicano en la formación de los ciudadanos".