Este poema dramático, atribuido al poeta Jayadeva, se originó en la India en el siglo XII y se ha difundido a lo largo del subcontinente hasta tal punto que existen diversas tradiciones textuales según sea la región. Estas canciones constituyen un componente fundamental de la música devota en Orissa, Bengal, y en el sur de la India, por ejemplo. Los especialistas en el texto interpretan que el romance entre la pastora de vacas Rādhā y el dios Krishna, narrado en el poema, es una alegoría del amor que el alma humana siente hacia Dios. Los manuscritos más antiguos datan de 1447 y 1496; sin embargo, el poema vive en los cantos, las danzas y las pinturas, que tienen, hoy mismo, gran relevancia en las prácticas religiosas de muchos templos en la India. Presentamos aquí un fragmento del canto.
Suaves aires de montañas de sándalo sacuden los sembradíos de clavo. Las cabañas de los bosques se arrullan con el revoloteo de las abejas y el canto de los cucús.
Cuando el humor de la primavera es rico, Hari vaga por aquí
para bailar con jóvenes muchachas, amigo
—es una temporada cruel para los amantes abandonados—.
Las solitarias esposas de los viajeros se quejan por las fantasías maniacas de las enamoradas.
Los enjambres de abejas nadan sobre las acacias en fila para llenar sus ramas.
Cuando el humor de la primavera es rico, Hari vaga por aquí
para bailar con jóvenes muchachas, amigo
—es una temporada cruel para los amantes abandonados—.
Las hojas frescas de los árboles Tamāla absorben los fuertes aromas del celo de los ciervos.
Tres pétalos flamantes, las uñas brillantes del Amor, rasgan los corazones jóvenes.
Cuando el humor de la primavera es rico, Hari vaga por aquí
para bailar con jóvenes muchachas, amigo —es una temporada cruel para los amantes abandonados—.
Los pulidos pistilos de azafrán son ropa dorada de gala para el Amor.
Tanto los floripondios como las abejas excitadas son flechas en el frenesí del Amor.
Cuando el humor de la primavera es rico, Hari vaga por aquí
para bailar con jóvenes muchachas, amigo —es una temporada cruel para los amantes abandonados—.
Capullos tiernos estallan en carcajadas cuando las criaturas abandonan la modestia. Las espinas de los cactus perforan el cielo para herir a los amantes abandonados. Cuando el humor de la primavera es rico, Hari vaga por aquí
para bailar con jóvenes muchachas, amigo —es una temporada cruel para los amantes abandonados—.
Los aromas de las enredaderas se mezclan con los perfumes de frescos racimos de flores.
Los lazos íntimos con las cosas jóvenes enloquecen incluso a los corazones ermitaños.
Cuando el humor de la primavera es rico, Hari vaga por aquí
para bailar con jóvenes muchachas, amigo
—es una temporada cruel para los amantes abandonados—.
Los árboles de mango en flor tiemblan con el abrazo de las plantas trepadoras.
El merodeo de las aguas del río Jumma lava los bosques de Brindaban.
Cuando el humor de la primavera es rico, Hari vaga por aquí
para bailar con jóvenes muchachas, amigo —es una temporada cruel para los amantes abandonados—.
La canción de Jayadeva evoca la poderosa memoria de los pies de Hari,
que colorean el bosque en la temporada primaveral, intensificada por la presencia del Amor.
Cuando el humor de la primavera es rico, Hari vaga por aquí
para bailar con jóvenes muchachas, amigo —es una temporada cruel para los amantes abandonados—.
El viento perfuma los bosques con fino polen, sacudidos los pétalos flojos del jazmín recién florecido,
así como sopla el aliento de cactus del Amor
para torturar a todos los corazones que toca aquí.
Quejidos sonoros de los cucús que se emparejan en disparos de mango,
sacudidos como las abejas que buscan el aroma de la miel en los capullos abiertos, provocan fiebre en los oídos de los viajeros solitarios. De algún modo, ellos sobreviven estos días saboreando el humor de la unión amorosa en momentos cumbres de su meditación.
Fuente: Barbara Stoler Miller (ed. y trad.), Love Song of the Dark Lord. Jayadeva’s Gitagovinda, Columbia University Press, Nueva York, 1977. Traducción de Nayeli García Sánchez sobre la versión en inglés de Barbara Stoller Miller.