Los libros que no se venden y que luego inundan las bodegas de las editoriales terminan por ser destruidos. Vicente Leñero lamenta la implacable verdad.
Lo que sea de cada quien. Guillotina para los libros
Los libros que no se venden y que luego inundan las bodegas de las editoriales terminan por ser destruidos. Vicente Leñero lamenta la implacable verdad.