La obra de Miguel Fernández de Castro (Hermosillo, Sonora, 1986) explora el tema del desierto a través de un juego de espejos entre el pasado y el presente. Al trabajar en los municipios sonorenses de Caborca y Altar, Fernández de Castro analiza la condición de un territorio concreto, desde el saqueo a la presencia de la frontera. El artista reformula en distintos medios —fotografía, video, instalación— un amplio imaginario para desplegar las condiciones de un contexto específico. Por ejemplo, la escultura Ritos de paso (2020), hecha con flecha de pedernal y una AK-47, subraya los efectos de la violencia a través de una arqueología de las armas en la zona. El artista exhibe cómo la minería ha alterado drásticamente la fisonomía del paisaje. Con ello, señala otro puente entre historia colonial y política neoliberal por medio de la explotación incesante de metales (desde el oro hasta el litio). El caso del ejido de El Bajío, analizado en conjunto con la antropóloga Natalia Mendoza Rockwell, evidencia un ejemplo de “ficción legal”. La reciente exposición The Absolute Restoration of All Things (Storefront Art & Architecture, 2022) da cuenta de una victoria jurídica contra la Minera Penmont, la cual devolvió los derechos de explotación a la comunidad, al tiempo que ordenó a la compañía la restauración total de “las montañas, el agua, el aire, la flora y la fauna”. Esta exigencia, imposible de llevarse a cabo, les permitió exhibir un ejercicio especulativo dedicado a pensar las expectativas de la restitución. En un pasaje de Voces del desierto, la escritora Nélida Piñón explica cómo ante la inmensidad del desierto y la nostalgia del exilio, el quiebre desgarrador en la voz dio paso a un canto profundo. La obra de Férnandez de Castro coincide con dicho contraste, ya que en sus imágenes y acciones, entre las que se encuentra el vínculo con las Madres Buscadoras de Sonora, reitera que en estas tierras ardientes los gestos de desconsuelo, por mínimos que sean, contienen una extraordinaria potencia y posibilidad.
Todas las imágenes son cortesía del artista.
Imagen de portada: Tajo Centauro, Caborca, 2021