"René Avilés Fabila fue capaz de escalar con la habilidad propia del alpinista soñador aquel difuso sendero en el cual llegan a coincidir con frecuencia elementos fantásticos con otros fabulescos, porque en su particular caso la ambivalencia del ser/no ser posible convive extraordinariamente con una tesis que el narrador consigue sostener con la notable habilidad propia del ensayista perspicaz", escribe Mario Saavedra.