A partir de Sharon Olds
Tú, a quien agarro con desdén, tu masa
oscura derramándoseme de las manos,
marca del Buda y de Budweiser,
hacedora de mi vergüenza, tú. Barriga,
eres la tirana de la moda,
exiges vestidos holgados, cinturas
espaciosas, rechazas trajes de baño
que exhiban. Eres aquello por lo que soy medida:
en tu plenitud, mi carencia. Tú, melón.
Tú, globo inmóvil, deglutido.
En sueños me libero de ti
—visto bikinis, hago volteretas, toco los dedos
de mis pies— pero entonces despierto deseando
embutirme la boca con el mundo
y dejarlo llenarte hasta romperme.
Ah, barriga orgullosa, eres la cesta de vida,
portadora de los mil nacimientos posibles.
Eres pastel de cumpleaños y brindis
de bodas, puñados de esa alegría mantecosa
de las primeras citas, tus litros de dulce de leche
alzan en brazos las astillas de mi corazón.
Eres el pan de mi padre en la mañana
de Navidad, esas papas cocidas en grasa a fuego lento
que marcan la abundancia de año nuevo, eres
tarta de manzana en Estados Unidos, burritos de frontera,
pollo con piel al curry y las once
hierbas y especies benditas del coronel
Sanders. Eres la luna imprescindible de cada día,
la casa del canto, la caverna de la dicha, el precio.
Publicado en su idioma original en The Caribbean Review of Books en noviembre de 2010. Disponible aquí. Se reproduce con el permiso de la autora.
Imagen de portada: Pieza de arte popular haitiano en metal reciclado. Colección María Elena Rodríguez Ozán