Los mandamientos

Contracultura / dossier / Marzo de 2021

Erica Jong

Traducción de: Beth Miller

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No querrás de veras ser poet(is)a. Primero, si eres mujer, tienes que ser tres veces mejor que cualquiera de los hombres. Segundo, tienes que acostarte con todo el mundo. Y tercero, tienes que haberte muerto. Poeta masculino, en conversación.


Si una mujer quiere ser poeta, debe dormir cerca de la luna a cara abierta; debe caminar a través de sí misma estudiando el paisaje; no debe escribir sus poemas con sangre menstrual.
Si una mujer quiere ser poeta, debe correr hacia atrás en torno al volcán; debe palpar el movimiento a lo largo de sus grietas; no debe conseguir un doctorado en sismografía.
Si una mujer quiere ser poeta, no debe acostarse con manuscritos incircuncisos; no debe escribir odas a sus abortos; no debe hacer caldos de vieja carne de unicornio.
Si una mujer quiere ser poeta, debe leer libros de cocina francesa y legumbres chinas; debe chupar poetas franceses para refrescar su aliento; no debe masturbarse en talleres de poesía.
Si una mujer quiere ser poeta, debe pelar los vellos de sus pupilas; debe escuchar la respiración de hombres durmientes; debe escuchar los espacios entre esa respiración.
Si una mujer quiere ser poeta, no debe escribir sus poemas con pene artificial; debe rezar para que sus hijas sean mujeres; debe perdonar a su padre su esperma más valiente.

Publicado en Siete poetas norteamericanas contemporáneas, Beth Miller (trad.), Material de Lectura UNAM, Ciudad de México, 2008. Disponible en https://bit.ly/3bvLsDb

Imagen de portada: José Luis Sánchez Rull, “Manuscrito encontrado en Zaragoza” - Your Past Comes Back to Haunt You (2 de 5), 2020