[todos ondean las banderas]
¿Qué haces ahora?
Llamo a la policía.
¿Por qué?
Para darles una descripción de tu arma.
¿Cómo la describes?
Fina, oscura, muy agitada, casi como un pájaro.
Has malentendido por completo mi arma.
¿Quieres hablar tú personalmente con la policía?
No.
Entonces cállate.
¡Mi arma no está agitada! ¡Mi arma no es como un pájaro!
Siéntate por favor.
¡Mi arma está en un continuo estado, de alerta!
Te acuso de conspirar contra el estado, a ti y a tu arma —sin distinción entre lo esencial y lo accesorio—, todos los involucrados están sentenciados a muerte por destazamiento. Y que todos tus allegados, incluidos los parientes que no están de luto, sean confiscados por el gobierno.
¡Respuesta asimétrica!
Bueno, sí, no tengo otra opción. Nuestros templos están
[en riesgo. Nuestra nuez moscada está en riesgo.
¡De nuevo todo se reduce a la nuez moscada!
Dios nos prometió que la nuez moscada es nuestra verdad.
Existen otras especias.
Esta no es la cuestión.
Ya perdí de vista la cuestión.
Otra evidencia de tu rebeldía.
Vuelves sobre lo mismo.
Vosotros gentes de armas siempre decís eso.
¿Qué estás haciendo ahora?
Meto el teléfono en el microondas.
¿Puedo hacer antes una llamada?
No.
Tengo derecho a una llamada, es la ley.
Esa ley no es válida en casos de microondas o en asesinatos
[clasificados como “accidentales”.
¿Accidentales?
“Accidental” quiere decir lo que el oído y el ojo no alcanzan, lo que el pensamiento y la preocupación no alcanzan, como cuando uno dispara a animales salvajes o por alguna razón deja caer ladrillos o tejas desde un techo y una persona resulta lesionada.
¿Qué harás con mi arma después de que muera
[accidentalmente?
Bienvenidas sean tus sugerencias al respecto.
Bueno tengo un hijo que necesita un arma.
Bien. Se la revenderemos a él.
Es muy pobre.
Tenemos varios planes de pago.
Me faltan las palabras ahora.
El señor se apiade de ti.
[coro]
Bajo la pálida luz de luna
se entrelazan nuestros corazones,
tú amas tu arma y yo amo la mía.
Como las montañas, estoy triste.
Como el pino, te echo tanto de menos.
Tiernas armas.
Tiernas armas.
Tiernas
armas.
Tomado de Decreación, Jeannette L. Clariond (trad.), Vaso Roto, Madrid, 2014, pp. 175, 177, 179. Se reproduce con autorización.
Imagen de portada: ¡Trabajadores, tomen su rifle!, ca. 1918. PICRYL