En 1980, por invitación de Rufino Tamayo, el artista catalán Josep Grau Garriga (tejedor, pintor) llegó a la ciudad de México para trabajar sobre un muro del Museo Tamayo su enorme tapiz de 5.50 metros de alto por 13 metros de ancho. Tejido con lana, henequén y algodón, lleva el título de Henequén rojo y negro.