Diego Álvarez, Ocote, trabaja en la Ciudad de México y es “conocido por elaborar obras vibrantes y que invitan a la reflexión”.1 En ellas alude a la cultura de los pueblos mesoamericanos e indaga en torno a la identidad, la historia y la experiencia humana. Mezclando elementos del arte del México antiguo, el muralismo callejero y los videojuegos, ha explorado medios como la gráfica, la ilustración, el mural urbano, el arte participativo y, ahora, el arte elaborado con inteligencia artificial.
Mediante la IA, Ocote plantea escenarios en los que las culturas prehispánicas se entremezclan con una estética futurista y el conocimiento ancestral se combina con la tecnología. Para él estas piezas remiten a símbolos de la sabiduría y a la descolonización del pensamiento; no pretende idealizar el pasado, sino mantener vivos sus referentes en el imaginario colectivo.
Haciendo una incisiva crítica al mundo del arte tradicional, a sus categorías y a su mercado, los NFT —tokens no fungibles— creados por Ocote retratan el muralismo mexicano en universos de enajenación tecnológica, o al imaginario “Museo de TeknoTitlán”, un recinto cuya colección de NFT se subasta a diario, enfatizando “que en México nos gusta comerciar con nuestro patrimonio”.2
Aunque puede suponerse que trabajar con IA no exige ni la habilidad técnica ni el esfuerzo propios del arte y que sus autores se limitan a “robar” elementos de otros entornos, el artista subraya que estas creaciones, provenientes de la cultura de la apropiación, son más conceptuales que el arte conceptual, pues llevan la idea a sus últimas consecuencias. Paradójicamente, añade, el metaverso permite otros modos de creación y espacios que parecen más democráticos y comunitarios, con mayor visibilidad ante los públicos y apertura al mercado que el mundo del arte físico.
Imagen de portada: Ocote, El ethos contemporáneo, 2023
Todas las imágenes fueron hechas con MidJourney, y son cortesía del artista.