El peluquero Antonio guardó durante cuarenta años en su congelador un esturión azul de ojos saltones. No sabía que su "locura", lo habría de convertir en la clave para acceder al ADN de una especie que entretanto se había extinguido.
A veces prosa. Un pescado refuta la extinción
El peluquero Antonio guardó durante cuarenta años en su congelador un esturión azul de ojos saltones. No sabía que su "locura", lo habría de convertir en la clave para acceder al ADN de una especie que entretanto se había extinguido.