multimedia Éxodos FEB.2018

Nuestra reserva de inteligencia colectiva

09 de febrero de 2018

Antonio Ortuño

¿Es usted una de esas personas que sufren porque las redes parecen no tomar en serio sus ideas, se burlan de sus confesiones y le minan la autoestima? ¿Está harto de esos troles que le brincan de cualquier parte y le exigen valor, compromiso y veracidad, aunque usen seudónimos bobos e imágenes trucadas para identificarse? No tema. Las redes, por sí mismas, no son nada. O son, apenas, la plataforma en la que millones de personajes contradictorios bullen y medran. Personas que pueden ser listísimas o brutas como la madera. Y que, en algunos casos, estarán dispuestas a descalificar lo que sea solamente porque se los dicta el hipotálamo. Durante un rato muerto que tuve, esta semana, realicé el siguiente ejercicio: tecleé en el buscador de Twitter frases escritas o pronunciadas por algunos personaje trascendentes del ámbito intelectual y espiritual humano y me dediqué a leer las observaciones que levantaban entre sus lectores. Algunas eran entusiastas. Otras, chistecitos sin interés. Pero, en medio de la maraña de mensajes, aparecieron las joyas: ataques desbordados, descalificaciones arrogantes, imbecilidades de mucho cuidado arrojadas con el mismo donaire con el que, aceptémoslo, todos nosotros escribimos en la red. Así que, antes de entregarse a la furia o la melancolía cada vez que alguien lo llame imbécil en Twitter, piense que ni siquiera algunas de las inteligencias y personalidades imprescindibles del arsenal humano quedan, en el día a día, a salvo de las trompadas de comentaristas sabelotodos y detractores sangrientos. Aquí va la lista de hallazgos: Jesús: No juzguéis si no queréis ser juzgados. Twitter: Típica frase de madre. Descartes: Pienso, luego existo. Twitter: A veces pensar tanto acaba por marear… Nietzsche: Dios ha muerto. Twitter: Cuando dijo eso, anticipaba todos esos “ismos” (feminismo, veganismo, etcétera) propios de gente incapaz de absolutos. Santa Teresa de Jesús: Vivo sin vivir en mí / Y tan alta vida espero / Que muero porque no muero. Twitter: Oda al no-ser. Qué vacío resulta pretender que la vida no te afecte. Barro y polvo artificial; orgasmos y dolor simulados. Simone de Beauvoir: No se nace sino que se deviene mujer. Twitter: Lo dijo Freud antes. Lo mismo. Virginia Woolf: Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción. Twitter: Además debe suicidarse. Albert Einstein: Dios no juega a los dados. Twitter: Dios no existe y ya lo he explicado. Hannah Arendt: El revolucionario más radical se convertirá en conservador el día después de la Revolución. Twitter: ¡Colonizada! María Zambrano: Escribir es defender la soledad en la que vivo. Twitter: No escriba, entonces. La soledad es defensa sola. Bob Dylan: Nadie es libre. Hasta los pájaros están encadenados al cielo. Twitter: ¿Ah, sí? Decile eso a los pingüinos (sic).

Imagen de portada: Sébastien Bourdon, Presunto retrato de René Descartes, ca. 1625-1650.