¿Es usted una de esas personas que sufren porque las redes parecen no tomar en serio sus ideas, se burlan de sus confesiones y le minan la autoestima? ¿Está harto de esos troles que le brincan de cualquier parte y le exigen valor, compromiso y veracidad, aunque usen seudónimos bobos e imágenes trucadas para identificarse? No tema. Las redes, por sí mismas, no son nada. O son, apenas, la plataforma en la que millones de personajes contradictorios bullen y medran. Personas que pueden ser listísimas o brutas como la madera. Y que, en algunos casos, estarán dispuestas a descalificar lo que sea solamente porque se los dicta el hipotálamo. Durante un rato muerto que tuve, esta semana, realicé el siguiente ejercicio: tecleé en el buscador de Twitter frases escritas o pronunciadas por algunos personaje trascendentes del ámbito intelectual y espiritual humano y me dediqué a leer las observaciones que levantaban entre sus lectores. Algunas eran entusiastas. Otras, chistecitos sin interés. Pero, en medio de la maraña de mensajes, aparecieron las joyas: ataques desbordados, descalificaciones arrogantes, imbecilidades de mucho cuidado arrojadas con el mismo donaire con el que, aceptémoslo, todos nosotros escribimos en la red. Así que, antes de entregarse a la furia o la melancolía cada vez que alguien lo llame imbécil en Twitter, piense que ni siquiera algunas de las inteligencias y personalidades imprescindibles del arsenal humano quedan, en el día a día, a salvo de las trompadas de comentaristas sabelotodos y detractores sangrientos. Aquí va la lista de hallazgos: Jesús: No juzguéis si no queréis ser juzgados. Twitter: Típica frase de madre. Descartes: Pienso, luego existo. Twitter: A veces pensar tanto acaba por marear… Nietzsche: Dios ha muerto. Twitter: Cuando dijo eso, anticipaba todos esos “ismos” (feminismo, veganismo, etcétera) propios de gente incapaz de absolutos. Santa Teresa de Jesús: Vivo sin vivir en mí / Y tan alta vida espero / Que muero porque no muero. Twitter: Oda al no-ser. Qué vacío resulta pretender que la vida no te afecte. Barro y polvo artificial; orgasmos y dolor simulados. Simone de Beauvoir: No se nace sino que se deviene mujer. Twitter: Lo dijo Freud antes. Lo mismo. Virginia Woolf: Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción. Twitter: Además debe suicidarse. Albert Einstein: Dios no juega a los dados. Twitter: Dios no existe y ya lo he explicado. Hannah Arendt: El revolucionario más radical se convertirá en conservador el día después de la Revolución. Twitter: ¡Colonizada! María Zambrano: Escribir es defender la soledad en la que vivo. Twitter: No escriba, entonces. La soledad es defensa sola. Bob Dylan: Nadie es libre. Hasta los pájaros están encadenados al cielo. Twitter: ¿Ah, sí? Decile eso a los pingüinos (sic).
Imagen de portada: Sébastien Bourdon, Presunto retrato de René Descartes, ca. 1625-1650.