Dentro de los tabús que en los últimos siglos han rodeado a las mujeres, sus experiencias, su cuerpo y su sexualidad, el relacionado con la menopausia es sin duda uno de los más resistentes, pero se habla incluso menos de la andropausia, los cambios físicos y mentales que viven los hombres una vez cruzada la “mediana edad”. Se trata de dos fenómenos en los que convergen la sociología, la medicina, la biología y la psicología, entre otras disciplinas. Por esta razón la Revista de la Universidad de México decidió dedicar este número a los dos temas, tan poco tratados, con la intención de orientar a nuestros lectores, pero también de reducir el silencio y la incomprensión que rodea a quienes atraviesan estas etapas de la vida. Ni la menopausia ni la andropausia ocurren en un día. Al igual que la adolescencia, se trata de un periodo de transición que dura varios años, durante el cual el coctel de hormonas que coinciden en nuestro cuerpo modifica sus fórmulas y, en el caso de las mujeres, la menstruación desaparece. Fuera de estos datos cuantificables, los síntomas presentan muchas variaciones. Como en todos los otros aspectos de la vida, cada persona es distinta. Algunas caen en una depresión cuyas causas no comprenden, y pueden tardar años en averiguar que es posible salir de ella con la intervención de la farmacéutica o de un terapeuta. “Ya no sirve” el divertido testimonio de Sheerly Avni, autora estadounidense radicada en México, describe las actitudes de los médicos —hombres y mujeres— que van desde otorgar una importancia ínfima a su malestar hasta recomendarle la extracción de todo su “obsoleto” aparato reproductivo. Marta Sanz, reconocida novelista española, reivindica en su texto “Glutamato” el derecho a la queja. ¿La menopausia existe entre las otras especies? En su artículo “La humanidad gracias a las abuelas”, Alejandra Ortiz Medrano recuerda que los Homo sapiens somos los animales con la infancia y la vejez más largas de todo el reino animal. En las escasas especies conocidas que experimentan la menopausia (casi todas cetáceos), las hembras que ya no pueden reproducirse se ocupan del cuidado de los más jóvenes. Las orcas que han perdido a su abuela, asegura la autora, tienen cinco veces menos posibilidades de vivir que las que no lo hacen. La “hipótesis de la abuela” de la biología evolutiva plantea que la menopausia constituye una estrategia desarrollada por algunas especies para garantizar mejor su supervivencia. La neurocientífica Lisa Mosconi, por su parte, explica las repercusiones que la disminución de las hormonas tiene sobre nuestro cerebro. ¿Qué representan a nivel simbólico la menopausia y la andropausia? ¿Qué lugar ocupan estas personas en nuestra sociedad? La autora francesa Marie Charrel recuerda que en otros contextos humanos —en vez de ser consideradas desechos casi inservibles, como ocurre en el mundo capitalista— a las mujeres que han dejado de menstruar se les considera más puras y más evolucionadas. La menopausia es sin duda un fenómeno biológico, pero la manera de interpretarla y de atravesarla no tiene por qué poseer un solo significado ni ser forzosamente negativa. Joca Reiners Terron describe el paso entre los 50 y los 60 años como el momento en que los hombres se vuelven invisibles. Que las mujeres dejen de mirarlos con lascivia los lleva a cometer todo tipo de actos desesperados. Después de haber entrevistado a centenas de hombres maduros, Lydia Cacho escribe sobre el tema que los hombres casi nunca piden ayuda cuando se ven arrastrados por el vendaval de la edad y cuando lo hacen suele ser demasiado tarde. El psicoanalista Manuel Hernández aborda el aferramiento que experimentan los hombres a sus funciones eréctiles —algunos incluso la valoran más que a su vida— y acaba proponiendo una sexualidad abierta y gozosa que no se base únicamente en el coito tradicional. ¿Y si la menopausia y el climaterio fueran también una oportunidad para liberarse de los estereotipos del género? Sin tantas hormonas reproductivas circulando en su interior, los cuerpos de los hombres y las mujeres comienzan a parecerse, y pueden ser atractivos, pero de otra manera. Todos pasaremos tarde o temprano por este proceso natural y antes lo harán nuestros mayores, es importante por lo tanto que el tema deje de causar pudor y mucho menos disgusto. Cuanto más informadas estemos al respecto, mejor podremos vivirlo y acompañar a quienes lo están haciendo. Es fundamental que conversemos sobre ello para que nuestra visión acerca de la menopausia y la andropausia pueda volverse más amplia y positiva. Tal vez, cuando se vea como algo cotidiano y natural, encontraremos, entre todas y todos, la manera de convertirlo en un periodo no solo más tolerable, sino hermoso y significativo.
Imagen de portada: Stuart Walker, sin título, ca. 1938