Hay una montaña en el Caribe particularmente interesante: es un cuerpo anfibio, sale del mar para unir lo que eran dos islas y luego vuelve a entrar al agua para ser cordillera submarina y tocar el istmo centroamericano. Sus cimas más elevadas fueron el principal espacio geográfico desde el cual las comunidades cimarronas fraguaron ideas de autonomía y emancipación huyendo de las plantaciones e ingenios azucareros en la isla que ahora comparten Haití y República Dominicana. La llamada Sierra de Bahoruco/Massif de la Hotte/Massif de la Selle es repositorio de memorias donde se imaginaron futuros radicales. Futuros legados por nuestras ancestras — a decir de Christina Sharpe— cuando fueron violentadas y supieron viajar al futuro a través de la materia, fundiendo sus cuerpos con las rocas, con el agua, con la tierra, con los minerales, con las plantas… con las sonoridades: memorias a las que hoy podemos acceder a través de cuerpos de trabajo como el de María Magdalena Campos Pons. Lo anfibio es a la vez una estrategia y una herramienta en la obra de esta artista cubana, que permite acercarnos a la conciencia de lo efímero, el tráfico de saberes y la gestión de vínculos como aspectos clave para la emancipación deseada por las poblaciones africanas esclavizadas en el Caribe insular. El territorio, las montañas, las planicies, los valles cuentan historias y la artista ha creado artefactos y eventos visuales como Alchemy of the Soul, Elixir for the Spirits (Unit 1) para que nos encontremos con esas historias. El trabajo de María Magdalena es como esas tantas montañas caribeñas que del océano salen a la superficie y luego vuelven a él para vincularnos y contribuir a la libertad de todos los seres vivos. Porque, a pesar del colonialismo y su cultura extractivista, todavía andan sueltas y libres las fuerzas naturales… todavía andan sueltas y libres nuestras ancestras.
Imagen de portada: FeFa, 2013. Performance para el Pabellón de Cuba, Bienal de Venecia, San Marco, Italia
Imágenes cortesía de la artista y de Gallery Wendi Norris, San Francisco.