dossier El Caribe JUL.2021

María Magdalena Campos Pons: salir del mar para volver a entrar

Yina Jiménez Suriel

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Hay una montaña en el Caribe particularmente interesante: es un cuerpo anfibio, sale del mar para unir lo que eran dos islas y luego vuelve a entrar al agua para ser cordillera submarina y tocar el istmo centroamericano. Sus cimas más elevadas fueron el principal espacio geográfico desde el cual las comunidades cimarronas fraguaron ideas de autonomía y emancipación huyendo de las plantaciones e ingenios azucareros en la isla que ahora comparten Haití y República Dominicana. La llamada Sierra de Bahoruco/Massif de la Hotte/Massif de la Selle es repositorio de memorias donde se imaginaron futuros radicales. Futuros legados por nuestras ancestras — a decir de Christina Sharpe— cuando fueron violentadas y supieron viajar al futuro a través de la materia, fundiendo sus cuerpos con las rocas, con el agua, con la tierra, con los minerales, con las plantas… con las sonoridades: memorias a las que hoy podemos acceder a través de cuerpos de trabajo como el de María Magdalena Campos Pons. Lo anfibio es a la vez una estrategia y una herramienta en la obra de esta artista cubana, que permite acercarnos a la conciencia de lo efímero, el tráfico de saberes y la gestión de vínculos como aspectos clave para la emancipación deseada por las poblaciones africanas esclavizadas en el Caribe insular. El territorio, las montañas, las planicies, los valles cuentan historias y la artista ha creado artefactos y eventos visuales como Alchemy of the Soul, Elixir for the Spirits (Unit 1) para que nos encontremos con esas historias. El trabajo de María Magdalena es como esas tantas montañas caribeñas que del océano salen a la superficie y luego vuelven a él para vincularnos y contribuir a la libertad de todos los seres vivos. Porque, a pesar del colonialismo y su cultura extractivista, todavía andan sueltas y libres las fuerzas naturales… todavía andan sueltas y libres nuestras ancestras.

_Freedom Trap_, 2013. Fotografía Polaroid Polacolor Pro, 24 x 20 pulgadas (61 x 50.8 cm) Freedom Trap, 2013. Fotografía Polaroid Polacolor Pro, 24 x 20 pulgadas (61 x 50.8 cm)

_Bin Bin Lady, The Papaya_, 2007. Composición de cuatro fotografías Polaroid Polacolor Pro de 24 x 20 pulgadas, imagen final 48 x 40 pulgadas (121.92 x 101.6 cm) Bin Bin Lady, The Papaya, 2007. Composición de cuatro fotografías Polaroid Polacolor Pro de 24 x 20 pulgadas, imagen final 48 x 40 pulgadas (121.92 x 101.6 cm)

_Classic Creole_, 2003. Composición de nueve fotografías Polaroid Polacolor Pro cada una de 24 x 20 pulgadas (60.7 x 50.8 cm) Classic Creole, 2003. Composición de nueve fotografías Polaroid Polacolor Pro cada una de 24 x 20 pulgadas (60.7 x 50.8 cm)

_Alchemy of the Soul: Maria Magdalena Campos Pons_, 2016. Vista de instalación, Peabody Essex Museum, Salem, Massachusetts, Estados Unidos Alchemy of the Soul: Maria Magdalena Campos Pons, 2016. Vista de instalación, Peabody Essex Museum, Salem, Massachusetts, Estados Unidos

_Blue Refuge_, 2008. Composición de nueve impresiones Polaroid por transferencia con infusión de tinta, cada una de 24 x 20 pulgadas (60.7 x 50.8 cm) Blue Refuge, 2008. Composición de nueve impresiones Polaroid por transferencia con infusión de tinta, cada una de 24 x 20 pulgadas (60.7 x 50.8 cm)

_Five Apparitions_ de la serie “Un pedazo de mar”, 2019. Acuarela, gouache y tinta sobre papel, 66 x 84 cm Five Apparitions de la serie “Un pedazo de mar”, 2019. Acuarela, gouache y tinta sobre papel, 66 x 84 cm

_Replenishing_, 2001. Composición de siete fotografías Polaroid Polacolor Pro cada una de 20 x 24 (60.7 x 50.8 cm) Replenishing, 2001. Composición de siete fotografías Polaroid Polacolor Pro cada una de 20 x 24 (60.7 x 50.8 cm)

Imagen de portada: FeFa, 2013. Performance para el Pabellón de Cuba, Bienal de Venecia, San Marco, Italia

Imágenes cortesía de la artista y de Gallery Wendi Norris, San Francisco.