La cohabitación con la violencia genera cambios biológicos en el cerebro, pero también la exposición al arte. La literatura, la música, la pintura y las demás expresiones de la sensibilidad son esenciales para una cultura de paz y una vinculación emocional sana con el mundo, con el otro e incluso con uno mismo. Jesús Ramírez-Bermúdez es doctor en neuropsiquiatría y jefe de la unidad de mismo nombre en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INN)
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