A través de este ensayo, los autores pretenden demostrar que lo que se conoce como la teoría de la evolución "nació, como toda teoría científica o innovación artística, gracias a la suma de factores, como la necesidad práctica, la pasión por el saber y el conocimiento, la curiosidad que impulsa a desvelar misterios, la creatividad y una intuición particular nacida de la reflexión abstracta propia del pensamiento filosófico".