Con esta representación de los migrantes muertos en el Mediterráneo, Levi Westerveld busca transmitir mejor que en otros mapas la dimensión individual de la tragedia.
La cartografía convencional no suele representar individuos, lo cual dificulta generar conexiones personales de empatía. Por ello, Westerveld asignó un punto rojo sobre el mar a cada una de las víctimas de naufragios, para transmitir de manera más directa el número de pérdidas humanas en esta ruta migratoria. Sobre un fondo blanco que simboliza el vacío y la incertidumbre de la migración, también hay algunas líneas de texto en azul tenue que dan cuenta, ondulando como olas marinas, de algunos de los más de tres mil eventos registrados en este mapa. Los países de llegada se representan como líneas horizontales, tal como sus costas habrían aparecido en el horizonte de aquellos que no cruzaron. Con estos elementos se busca enfatizar el punto de vista de los migrantes.