No soy uno solo en el mundo,
hay quinientos iguales a mí en la galaxia.
Y cada uno creyendo que existen
500 exactos a sí en la galaxia.
Pero son más
Y cada uno más malvado que el anterior.
Cada uno más idéntico a la Vida o a los Gatos.
Pero solo uno que escribe este poema.
Es decir, este amuleto.
Como los que le gustan a Lucifer para recordarse,
que a él también lo ha duplicado la eternidad,
y posee, por lo tanto, 300 millones de formas diferentes
para caer del paraíso.
Cada una más hermosa que la anterior,
cada vez con consecuencias más terribles que la anterior.
Quiero decir que a pesar de esto,
casi siempre me siento solo
y en el planeta correcto.
Quiero decir que un día, en el baño de un antro,
encontraré a mi otro yo
y le haré el amor
o lo asesinaré.
(En realidad nadie está solo en el mundo, excepto Dios)
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Imagen de portada: Henrique Alvim Corrêa, Marcianos en movimiento, en La guerra de los mundos, 1906