Fuera de la ciudad, ya sea en el desierto, en algún bosque o cerca del mar, cuando levantamos la cara y vemos la multitud de estrellas que iluminan la bóveda celeste, surgen las preguntas que ya nos hacíamos en la infancia sobre lo que hay alrededor de nosotros y nuestro papel en el cosmos.
Hace cientos de años, algunas mentes brillantes demostraron que la Tierra no era el centro del universo y que, contrariamente a lo que se pensaba, el Sol —dorado protagonista de los mitos fundacionales de muchas culturas— no gira alrededor de ella. Esta certeza trajo consigo un cambio de paradigma que arremetía contra los textos religiosos de Occidente, cuestionaba el poder de la Iglesia e inauguraba la era moderna. Para decirlo en pocas palabras, la astronomía, por lejana y abstracta que pueda parecernos, es capaz de revolucionar por completo las mentalidades. Si se supiera que un meteorito terminará con nuestro planeta en tres semanas, o que existen pueblos más avanzados en otros puntos de la galaxia, ¿cómo veríamos nuestra existencia?, ¿cambiaría nuestra idea de éxito y de fracaso?, ¿cuáles de nuestras prioridades seguirían vigentes?
Pocas cosas resultan tan poéticas y fascinantes como las relacionadas con los astros, pero las constelaciones, los eclipses, las lluvias de estrellas, las órbitas de los planetas y los hoyos negros resultan imposibles de entender cabalmente si no se tienen los conocimientos necesarios. Para que la mayoría de nosotros pueda acceder o al menos vislumbrar lo que sucede fuera de nuestro planeta, se necesita una labor de comunicación de la ciencia. La astronomía es quizás la disciplina en la que confluyen con mayor claridad la filosofía y la investigación científica. El espacio exterior nos permite tanto comprobar las leyes de la física —pues es ahí donde se confirman y se niegan muchas especulaciones teóricas— como escenificar nuestras proyecciones de futuro, ya sean apocalípticas o esperanzadoras, realistas o delirantes.
En este número, los más prestigiosos astrónomos de nuestra universidad, como Julieta Fierro, Luis Felipe Rodríguez Jorge, José Franco, William H. Lee, por mencionar algunos, te hablarán de esa Gran Explosión que originó todo lo que se conoce y lo que solo se intuye, de la proporción entre materia y antimateria, de la astronomía en tiempos de nuestros ancestros, de los avances en la conquista de la Luna, de los eclipses que se producirán este año y el siguiente. También encontrarás aquí un ensayo de la escritora boliviana Liliana Colanzi sobre el avistamiento de ovnis y un extravagante cuento de ciencia ficción del narrador cubano Ángel Arango.
¿Estamos solos en el universo? Es una pregunta que aparece sin cesar entre las líneas de estos artículos. Seguramente tú también te la has formulado. Esperamos que este número te aporte algunas respuestas y a la vez despierte y expanda tu curiosidad.
Imagen de portada: Gary Scott, Yosemite Valley, 2019. Unsplash