“El hombre nace directamente a su poesía, vive, sabiéndolo o no, en el reino, bueno, en la república de su poesía. Cada hombre puede ser un presidente de su poesía, y todos los hombres pueden ser, a un tiempo, presidentes de los otros y suyos. El hecho de nacer, de abrir nuestros sentidos en flor al mundo, es ya poesía, patrimonio unánime, comunismo lírico”, dice en este texto Juan Ramón Jiménez.