En 1922, Carlos Noriega Hope, director de El Universal Ilustrado inauguró el suplemento La Novela Semanal, en el que se publicó cada ocho días una novela o un cuento largo escritos en el país. Tras un viaje a Hollywood, Noriega Hope volvió fascinado con el cine y a partir de entonces dedicó un espacio importante a la narrativa cinematográfica.