Palabra colectiva
Leer pdfEn las últimas semanas un número creciente de mujeres que trabajamos en la cultura hemos decidido organizarnos alrededor de un acto de disidencia colectiva frente a la normalización de la violencia que históricamente se ha inscrito en los espacios donde desempeñamos nuestro trabajo y nuestras vidas: editoriales, revistas, ferias del libro, encuentros de escritores, escuelas, universidades, instituciones culturales, talleres y espacios privados. No se trata de algo nuevo. Hace demasiado tiempo que guardamos en secreto el acoso, la humillación, la segregación, el abuso sexual, por temor a que nuestros señalamientos sean invalidados o a que nuestra labor creativa sea excluida. Ésas eran las reglas no escritas que las relaciones de poder al interior de la cultura, ordenada fundamentalmente por hombres más poderosos, habían instituido como norma. Lo que ha cambiado es nuestra relación con el miedo y con el silencio. #MujeresJuntasMarabunta surge a partir de #MeTooEscritoresMexicanos y en medio de una lucha más amplia emprendida desde hace décadas por mujeres que nos han enseñado algo fundamental: la violencia contra nosotras no es un hecho aislado sino sistemático que se reproduce a causa de la impunidad. Hoy hemos roto ese pacto de silencio: escribimos estas palabras y actuamos colectivamente porque vivimos en un país en el que nueve mujeres al día son asesinadas por violencia de género, porque el sistema de justicia no sólo no atiende a las víctimas, sino que las revictimiza (para el agresor siempre la disculpa y para nosotras la culpa) y porque en México no existe un Estado de derecho. #MeTooEscritoresMexicanos no es un mecanismo de denuncias que pretenda el escarnio público, es una herramienta política que señala y pone al descubierto violencias que han querido permanecer en el dominio de lo privado para conveniencia de los que perpetran actos de acoso y hostigamiento. Se publican para que esto no le pase a ninguna otra y para mostrar que hay muchas que aún no han podido hablar. Lo hacemos conscientes del privilegio y también de la responsabilidad de ser visibles. Éste es sólo el principio de un movimiento articulado, desde distintas plataformas, como una colectividad política y afectiva que busca, ni más ni menos, un cambio estructural. Eso no será posible si en primer lugar no hay una toma de conciencia, un reconocimiento de quienes han ejercido distintas formas de violencia, una búsqueda por reparar el daño.
Antimonumenta, 2019. Erika Lozano
Es urgente que la opinión pública entienda que el contexto en el que surgió la cuenta @MeTooEscritoresMexicanos es el de una impunidad de más del 95 por ciento, un desequilibrio de poder que fortalece a los victimarios. Cuidamos los testimonios de las mujeres resguardando su identidad cuando así nos lo han pedido para protegerlas de ser criminalizadas o agredidas nuevamente; nos cuidamos para no arriesgar la vida de ninguna de nosotras. Exponemos cada caso como parte de un conjunto más amplio que revela una violencia estructural. Es importante aclarar que los señalamientos no son en ningún caso anónimos, sino hechos bajo confidencialidad, y cada uno tiene un seguimiento y acompañamiento. Nuestras exigencias en este primer momento son:
Cimentación de Antimonumenta, 2019. Erika Lozano
Deseamos que los días difíciles que han seguido a los señalamientos sacudan a la sociedad, no para crear un nuevo estigma contra nosotras, que sólo repetiría los ciclos de violencia, sino como una posibilidad de cambio. Estamos comprometidas a seguir revisando, analizando y mejorando nuestros protocolos, así como a atender la protección de las víctimas que han realizado señalamientos públicos a través de #MeTooEscritoresMexicanos. Nos mantendremos firmes y solidarias desde todas las plataformas de las que disponemos hasta lograr que se transformen las prácticas que normalizan el machismo en los gremios culturales: estamos creando una contranarrativa que instaure la paridad de género y reescriba el futuro.
México, 3 de abril de 2019.
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