Más de cuarenta días

Especial: Diario de la pandemia / suplemento / Junio de 2020

Luz Angela Cardona

New Haven, 15 de abril


¡Que no es un curso de verano! Pero qué ansias de salir con las manos llenas de las habilidades específicas para ese mundo nuevo que tendremos al salir. Habrá que trabajar. Seguirá existiendo el dinero como moneda de cambio, ¿no? Si alguien tiene información diferente, ¡que dé un paso al frente! Explíquelo todo.
Que es un drama, una pandemia ¡No es un curso de verano! No hay que salir haciendo nada nuevo: podemos sentirnos mal, tristes y deprimidos. Decaídos y con miedo. El mundo no espera nada de nosotros. No espera ni siquiera que nos levantemos en armas para tender la cama. Que el tiempo pasa y no hay que hacer nada más de lo que ya hacemos.
El trabajo en casa se duplica. Hay que trabajar, criar y construir lo doméstico. Si sobrevivimos a esto, nos daremos una medalla. Sí, nos daremos. Cada quien. Nadie aplaudirá que todo se hizo pesado. Como mucho, nos consideraremos mutuamente. Entre iguales. Como siempre.
¡Todo será nuevo! Dicen que todo será nuevo. Los mercados, los besos, los abrazos. Habrá más solidaridad, más amor, más empatía, más … más … más…
No cambiará nada, replican. Todo seguirá la misma ruta y ritmo que llevábamos. Seremos los mismos, en los mismos caminos y con las mismas cargas y banalidades.
Olvidaremos la desgracia, dice el experto. Así es cuando nos pasan cosas traumáticas. ¿Quién quiere recordar con el paso de las horas, de los días y de los años la tragedia que hemos pasado?
¡Es una conspiración progresista! Para imponer las agendas de la izquierda. Quieren acabar con el mercado, emprenderán una nueva revolución.
¡Es una conspiración autoritaria! El control de la vida y sobre cada quién. Todo fue pensando para arrancarnos lo poco que teníamos, la luchas en curso, la movilidad, la libertad.
¡El Estado ya no sirve! Que actúe el Estado. Más Estado, dicen. Menos Estado, replican. Los médicos mueren de fatiga. Lo médicos mueren por el virus. Los médicos son héroes. ¡Más Estado que resuelva! Menos Estado, replican. Y viceversa. Como en un loop. El Estado, los Estados, fingen cordura. Fingen que saben lo que hacen. Controlan, limitan, reparten, distribuyen. Se retrasan. Se niegan a creer.
¿Cuántos muertos son muchos muertos? Igual o más que los que mueren de hambre cada año. No, no… más que los que murieron en la Segunda Guerra Mundial. No, no … más que los que se ahogan cruzando el Mediterráneo. ¡No! Más que los que mueren en la frontera. ¡Nooo! Más que los que han desaparecido. Ya nadie sabe a partir de cuántos muertos hay muchos muertos.
Afuera la lucha es comer o enfermar. Adentro es producir o morir de aburrimiento. Arriba presumir los bosques del patio trasero.
Que China esta en el top. Que Italia le rebasa. Que España va detrás. Que cae China, que sube Italia, que cae España. Que se pone en primer lugar Estados Unidos ¿Subestimaron las cifras? Mueren menos de los estimados. Mueren más de los esperados.
El perfil de enfermedades previas traza una línea de vulnerabilidad. La desigualdad no sólo es por ingreso. Que sin son más afrodescendientes que latinos; más viejos que niños; más enfermos crónicos que sanos.
Los pobres primero, ¿los pensionados? ¿Los artistas? ¿Los profesionistas por contrato? ¿Los endeudados? ¿Los que tienen patrimonio pero hace años viven al día? ¿Los subcontratados? ¿Cómo dicen que se mide la pobreza? Que si el ingreso, que si la casa, que si el acceso a salud, que si tener seguridad social. ¿El hambre? Si el hambre es la medida, preguntemos: ¿quién come caliente y balanceado esta noche?
La cajera, el chofer, la cocinera, el barrendero, el obrero, el campesino. Temen. Sí que temen. El que paga diario la cama. El que vive en la calle. La señora de las quesadillas. La hierbatera. El lustrabotas. Temen. Sí que temen. Su hambre es el coraje.
Las reuniones, las clases, las entrevistas, las fiestas, los conciertos. Todo es virtual ahora ¿Seguiremos así? Coger, visitar, conversar. Todo es virtual: ¿volveremos a vernos? ¿Nos abrazaremos?
¡Que vivan los salarios! ¡Abajo la corrupción! ¡Que vivan las enfermeras! ¡Abajo los políticos! ¡Que vivan los pacientes! ¡Abajo la privatización! ¡Que paguen sus impuestos!
¡Que se acabe la cuarentena! Que podamos inhalar y exhalar después de esto. Inhalar y exhalar. Inhalar y exhalar.

Luz Angela Cardona es licenciada en psicología de la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia, maestra en población y desarrollo y doctora en investigación en ciencias sociales con mención en socióloga de la Flacso-México. Le interesa comprender cómo se generan la inclusión y la exclusión, y qué rol tiene las interacciones entre actores en los procesos de cambio social.

Lee otros textos del Diario de la Pandemia, número especial en línea.

Imagen de portada: Proceso de desinfección en un espacio de trabajo. Fotografía de The National Guard, 2020. CC